A menudo hemos escuchado o
utilizado términos como “Prosperidad falaz”, “República aristocrática”, “Reconstrucción
nacional” u “Oncenio de Leguía” para referir a distintas etapas de la historia
peruana. Sin embargo, pocos saben que esos términos tiene un personaje en
común: Jorge Basadre, quien acuñó esas frases y, además, es reconocido como el
historiador más importante de la historia del Perú.
Jorge Basadre Grohmann nació en Tacna
un 12 de febrero de 1903. Por esos tiempos, Tacna y Arica estuvieron bajo ocupación
chilena a la espera de un plebiscito que nunca llegó a realizarse. Es por estos
años que, según confesión del mismo Basadre, el ambiente patriótico marcó
profundamente su personalidad. En el año 1912 se trasladó a Lima, tras la
muerte de su padre; y en 1919 ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, hecho que marcaría un antes y después en la vida del historiador.
La Universidad Nacional Mayor de
San Marcos, podríamos decir, es la institución que generó en Basadre un
espíritu distinto, generó en él un pensamiento de cambio. Y ese deseo de
cambiar lo empezó a forjar desde su actividad como historiador. Poco antes de
morir, Basadre dejaría constancia de ello con las siguientes palabras: “Quise
eludir el historicismo puramente erudito que entrega canteras, pero no
construye edificios”. Y sí que lo logró. Al respecto de la Decana de América,
Basadre Grohmann dijo lo siguiente:
“Más allá de
las clases, San Marcos me suministró el lugar de reunión donde llegué a conocer
buena porción de la gente inteligente del Perú, donde llegué a leer
imprescindibles libros y tuve ocasión de conocer amigos dilectos como Raúl
Porras Barnechea y Jorge Guillermo Leguía”.
Pero la vida académica de Basadre
estuvo acompañada por la política desde sus inicios. Se doctoró en Letras y
Derecho en la UNMSM. A la par de sus estudios, en 1919 participa en la Reforma
Universitaria liderada por Víctor Raúl Haya de La Torre y en 1923 es convocado
por Pedro Zulen para trabajar en la Biblioteca de San Marcos. En 1926. forma parte
de la delegación peruana para orquestar el plebiscito que decidiría el futuro
de Tacna y Arica, donde fue herido por una pedrada en el rostro. Un año
después, es enviado preso a la isla San
Lorenzo por una supuesta conspiración contra Leguía con muchos intelectuales
peruanos, entre los que se encontraba José Carlos Mariátegui.
Tras algunos años de experiencia
en Alemania y Estados Unidos, en 1939 publica su obra cumbre: Historia de la República del Perú, que contiene
la primera periodificación del siglo XIX y que es, hasta la actualidad, libro
de lectura obligatoria para cualquier peruano deseoso de conocer el pasado de
su patria. Fue nombrado director de la Biblioteca de San Marcos y, en 1943, fue
el motor intelectual de la reconstrucción de la Biblioteca Nacional, bajo el
gobierno de Manuel Prado. Además, fue elegido dos veces como Ministro de
Educación.
Como hemos repasado, Basadre tuvo
una vasta experiencia político-académica, lo que le permitió tener una visión
propia del país y, de alguna u otra manera, singular. En 1979, dijo lo
siguiente respecto al Perú:
“El Perú, con
todos sus males y sus amenazas coincidentes ha sobrevivido como si su mensaje
aún estuviera por decir, como si su destino aún no estuviese liquidado, como si
llevase, consigo una inmensa predestinación. El Perú evidencia su actitud para
proyectarse en una dimensión de futuro dentro de la búsqueda de la maduración
tantas veces anhelada para convertirse por fin en una morada mejor para
nuestros hijos”.
Jorge Basadre y el término “promesa”
tuvieron una relación estrecha. Para él, la promesa no se define por las metas
sino por el espíritu de afirmación nacional que la impulsa. Es por ello que el
trato de la historia del Perú en Basadre es muy distinto a los antecesores que
tuvo. El pesimismo se dejó de lado y fue reemplazado por una historia que le
decía al Perú que sí había un futuro, una historia con esperanza y que prometía
con optimismo. Basadre nos resume muy bien su sueño en el libro Perú, problema y posibilidad:
“Quiénes únicamente se solazan con el pasado, ignoran que el Perú, el
verdadero Perú es todavía un problema. Quiénes caen en la amargura, en el
pesimismo, en el desencanto, ignoran que el Perú es aún una posibilidad.
Problema es, en efecto y por desgracia el Perú; pero también felizmente,
posibilidad”.
Texto: Frank Capuñay
Imagen: Frank Capuñay
Reportaje: Brayan Ramos
Imagen: Frank Capuñay
Reportaje: Brayan Ramos